BELLEZA DE LAS CATARATAS DE GOCTA-PERU
Es considerada como la tercera más alta del mundo, después de la de Ángel en Venezuela con 979 m. y Túgela en Sudáfrica con 948 m. Aunque siempre fue conocida por los pobladores aledaños, recién este año ha sido dada a conocer al mundo, gracias al alemán Stefan Ziemendorf quien la visitó por primera vez en el 2002.
Para visitar la catarata, desde Chachapoyas , se toma la ruta con dirección a Pedro Ruíz hasta el puente Cocahuaico, que está a una hora de distancia. De aquí se sube por una carretera afirmada hasta el poblado de Cocachimba, recorrido que se hace en 20 minutos. En el camino abundan plantas de naranjas que caen de maduras sobre la carretera.
A mitad de camino el paisaje abre sus cortinas para mostrarnos en semicírculo una cadena de cataratas que pueden llegar a 22 en tiempo de lluvias. Sin embargo, la más imponente aparece a nuestra izquierda, es una catarata de dos caídas; la primera caída es corta, la segunda sorprendente. Su nombre es Gocta y tiene 771 metros de altura.
Llegamos al pueblo de Cocachimba, unas cuantas familias viven el lugar, las casas son de adobe. El pueblo tiene una amplio campo de fútbol y una casa comunal donde se compran los boletos de acceso a la catarata. Hay que tomar los servicios de un guía del lugar, para lo cual la población se ha organizado, estableciendo un turno de atención de tal manera que todos los pobladores tengan la opción de trabajar. Para los que deseen comprar alguna bebida antes de iniciar el recorrido existe una pequeña bodega llamada “Gocta”, donde se pueden usar también los baños públicos y si acaso fuera necesario alquilar un espacio donde dormir.
El camino ha Gocta ha sido construido recientemente. Los primeros metros de camino son duros, la subida nos deja sin respiración. Hay que descansar un par de veces para alcanzar la primera parte llana. La ruta es angosta pero agradable, la sombra de los árboles es un aliado para soportar el calor del sol. Después de una hora de caminata descendemos algunos metros hasta cruzar una amplia quebrada, luego de lo cual volvemos a subir lentamente. Hacia un costado se escucha el rumor del río Cocahuayco que nace de las entrañas de la catarata. Este tramo es el más difícil, hay que caminar sobre el fango y lo mejor es tener sogas de auxilio para atarlas en algún árbol y poder trepar con mejor facilidad. De lo contrario será necesario utilizar las raíces de las plantas para sujetarse y evitar cualquier caída.
Los trapiches de caña en medio del camino pueden servir para tomar aire y renovar fuerzas. Para quien se quedó sin agua existe una bendición: una pequeña bodega, propiedad de la señora Reynilda Trigoso Santillán, aquí se puede encontrar cerveza, agua, gaseosas y el licor típico, el guarapo (licor de caña de azúcar). Si el cuerpo no da para más, y se dispone de una carpa y sleeping, este es el lugar ideal para pasar la noche. Solo nos quedan 60 minutos de camino.
Los últimos metros se hacen al bordeando el río. El sonido de la catarata se escucha muy cerca. El bullicio de los loros nos da la bienvenida, aunque no podemos verlos, es evidente que ellos nos están mirando desde la copas de los árboles. El saber que estamos a solo unos pasos nos entusiasma y sorteamos la parte final con empeño. Estamos a 1700 metros sobre el nivel del mar y sentimos que nuestra respiración se acelera. Es difícil poder tomar fotografías a corta distancia, pues el viento es fuerte y esto produce una lluvia de pequeñas gotas pero persistente. Muchos visitantes llegan preparados con traje de baño, pero casi siempre hace frío y sólo alguien muy intrépido podría tomar un baño bajo la catarata. Lo recomendable es llevar un poncho y botas de jebe, pues el camino de retorno puede ser de lluvia fuerte.
La catarata en meses de lluvia (diciembre a marzo) es majestuosa con una caída que se escucha desde Cocachimba. En meses secos, la caída es menuda y algunos turistas que han visitado otras cataratas como las de Iguazú, la consideran más como un arroyo. Sin embargo, para la mayor parte, visitarla es una experiencia inolvidable e irrepetible.
COCACHIMBA
Quechua: Coca : Kuka Chimba: Chimpa,”la otra banda”.
Chimbador: Hombre cuyo oficio consiste en conducir a las personas que desean vadear el río.
Chimbar : Chimbay, pasar de una banda a otra del río, en la zona andina y la selva, indica la acción de cruzar un río, a nado o en cualquier tipo de embarcación.
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